Tuesday 14 October 2008

La libertad de expresión en El Deber sirve para mentir

A propósito de Santa Cruz libre de analfabetismo


"Declaran a Santa Cruz libre/de analfabetos, pero hay dudas", se lee en el título de la noticia que da cuenta de un hecho positivo conseguido como parte del actual proceso de cambios, con la firma de Hilton Heredia, enviado a Vallegrande, lugar en el que se realizó el acto con participación del Presidente de la República, dos de sus ministros, su Delegada en aquel departamento y el Embajador de Cuba en Bolivia. Sin embargo, en ese título se desmerece esa acción con el añadido: “…pero hay dudas”.

En el subtítulo, aquella publicación de El Deber (Santa Cruz, 8 de octubre de 2008, página 10), diario que asegura que informa con veracidad, refiere que se “logró alfabetizar a 128.549” personas. Este dato parece irrelevante para el “periódico mayor” de los cruceños y el que más ejemplares vende en el país, según sus propietarios y sus editores.

El tercer párrafo de esta noticia, firmada por el enviado Hilton Heredia, dice:
“Las autoridades fueron recibidas por más de 400 personas, de las cuales la mitad eran de Venezuela y Cuba, además de la presencia de jóvenes de las organizaciones Marcelo Quiroga Santa Cruz y Luis Espinal, que portaron banderas de las tres naciones”.

La media verdad es como mentir

Asistentes a la declaratoria de Santa Cruz como territorio libre de analfabetismo estiman que concurrieron a ese acto aproximadamente 3.000 personas, entre los que hubo cubanos y venezolanos, como delegados de los que trabajan en el programa “Yo, sí puedo”. Empero, el periodista Heredia los contó, fueron 200, según él. (El entonces ministro de Informaciones, Mario Rueda Peña, decía que contaba a los manifestantes en contra del gobierno del que era parte cuando pasaban frente a su despacho).
Según la noticia redactada por Heredia todos los que concurrieron al acto del martes 7 en Vallegrande estuvieron de visita (nada dice de los lugareños) porque probablemente cuando habla de los jóvenes Marcelo Quiroga Santa Cruz, se refiere a los estudiantes de la universidad de Montero, que lleva el nombre del líder socialista al que hicieron desaparecer los golpistas de junio de 1980, Luis García Meza y Luis Arce Gómez. En tanto que los jóvenes Luis Espinal deben ser los que para autodefenderse de los ataques de la Unión Juvenil Cruceñista (fascistas y neofascistas, incontables mercenarios), montan guardia en el Plan 3.000 de la ciudad oriental y, hace días, señalaron que redoblarán esa guardia y que no les tienen miedo a los miembros de la UJC.

A propósito de Luis Espinal, el cura del pueblo al que mataron también por orden de los golpistas del 17 de julio de 1980, dejó dicho que “Los periodistas vendemos nuestra fuerza de trabajo, pero no nuestra conciencia, aunque nos las quieren comprar”. Esta reproducción la hacemos para todos los periodistas bolivianos, incluido H. Heredia, por si acaso.

La imagen muestra y oculta

La nota informativa (desinformadora sería conveniente decir) de Heredia y El Deber del 8 de octubre de 2008, página 10, se “ilustra” con dos fotografías: en la primera, a tres columnas, se ven no más de 15 personas y unos carteles que se leen poco; en la segunda, a dos columnas, aparece en primer plano el Embajador de Cuba en Bolivia y en segundo orden, casi oculto, el Presidente de la República. Los pies de foto no son inocentes, como nada lo es en periodismo. Copiamos: “Acto. Algunos de los participantes del programa Yo, sí puedo descansan antes del inicio del evento. Evo los visitó”. El segundo pie de foto: “Morales y el embajador de Cuba, Rafael Dausá, miran fotos del Che.

Sólo una lectura crítica de los mensajes entregados por El Deber (y su redactor Heredia) ayudan a entender que en este caso la fotografía, muestra a 15 alfabetizados y ni siquiera a una parte de los 400 (activistas del gobierno boliviano, de cubanos y venezolanos, si fuera verdad lo que firma Heredia).

La fotografía también oculta. “Callar es lo mismo que mentir”, de acuerdo a Espinal, que sabía de periodismo y de periodismo clasista y nunca independiente, que difunde mentiras propias o de otros. En la misma edición de El Deber se divulga un plan para militarizar el oriente boliviano, entregado por Carlos Valverde Bravo, ex jefe de inteligencia del Ministerio de Gobierno de Carlos Mesa, noticia que hoy 9 desmiente el Ejército boliviano en una solicitada.

Dudas de El Deber

Con declaraciones del coordinador del Instituto de Radiodifusión Fe y Alegría (IRFA), Pedro Cueto, El Deber cuando menos trata de minimizar un logro en desarrollo humano, es decir, la lucha contra el analfabetismo, tarea que Bolivia, como otros Estados, se comprometió a superar hasta el 2015, lo que debió conseguirse en 2000, de acuerdo a una recomendación de Naciones Unidas.

Incluso Cueto señala que la alfabetización es un primer paso que, se entiende, se lo debe dar (no se advierte si el entrevistado lo hace de modo textual o no debido a la redacción de aquel matutino).

Los alfabetizando tienen que aprender a leer, escribir y razonar, añade Cueto. El programa “Yo, sí puedo”, al que también lo culpan de “conductista” nada menos que seguidores de Paulo Freire, contiene una segunda etapa de acceso al bachillerato, camino a estudios superiores. De esto último el diario cruceño no dice nada y se puede sospechar que ese silencio es deliberado.
Las afirmaciones de Cueto las respalda en resultados de campañas de alfabetización promovidas por IRFA y las universidades Nur y Evangélica de Bolivia, sin señalar las metas logradas.

Libertad para mentir

Los empresarios de los medios de difusión, agrupados en la Asociación Nacional de la Prensa, dicen que la posible nueva Constitución Política del Estado no tiene por qué establecer que los medios de difusión deben informar con veracidad y opinar con responsabilidad. Incluso afirman que los principios no deben “constitucionalizarse”; así ocultan que la libertad es un principio y que se encuentra constitucionalizado, también, en la actual carta fundamental. Parece que ciertos medios quieren licencia para mentir, aunque ya la tienen. Añaden que la veracidad informativa vale para los códigos de ética, nada más.

Cuando estos medios de difusión no pueden ocultar o callar una meta de desarrollo humano alcanzada como parte de este proceso que cambia Bolivia a pesar de todo, tratan de adherirle un lodo al éxito, como en el caso al que nos referimos en esta nota: se libera de analfabetos a Santa Cruz, “pero hay dudas”.

De veras vivimos “tiempos indecorosos” en el que se escribe y se publica y no se escribe ni se publica una noticia, de acuerdo a las leyes del mercado capitalista. Así de indecoroso es el papel de los medios impresos en Bolivia, uno de esos ejemplos es El Deber de Santa Cruz, cuando da cuenta de la alfabetización de 128.549 compatriotas y se declara a ese territorio libre de analfabetos. Menos mal que las mentiras de El Deber no consiguen que desaparezca la realidad.

Remberto Cárdenas
(tomado de La Época)

1 comment:

Javier Sandoval A. said...

Un buen amigo estuve en el acto y de curioso. Casualmente estaba en Vallegrande por una cuestión laboral. Me dijo que no eran más de 400 personas, entre lugareños, cubanos, venezolanos y los acarreados de siempre: la juventud masista del Plan 3,000 y Montero.
Carlos Valverde trabajó en el Ministerio de Gobierno pero en la gestión de Paz Zamora, querido compañero. Infórmese mejorcito o caerá en lo que tanto le critica a nu "némesis" el Diario MAYOR El Deber.