(ASC-Noticias).- Ante la llegada de la marcha campesina, grupos desesperados de cívicos ultras de Santa Cruz plantearon en diversos lugares la necesidad de prepararse y armarse, dizque, para defenderse de los campesinos. Sin embargo lo que buscaban abiertamente era organizar un ataque preventivo y "pacificador" sobre los marchistas.
Las viejas copetudas y los fanáticos religiosos de toda laya salieron a las calles en sendas marchas y concentraciones, con pañuelos blancos y gritando ¡paz! ¡Queremos paz! Allí clamaron y rezaron a Dios por la libertad de Leopoldo Fernández y apuntaron al gobierno como el autor de la masacre de Pando a pesar de las evidencias. El pedido clamoroso de sus rezos era para que alguien, sino la mano de Dios, detenga a los campesinos que se acercaban a la ciudad de manera decidida y evidentemente hostil. Pacifismo curioso el de estas "damas" y religiosos porque muchos de ellos, durante el 9 y el 14 de septiembre pasado, gritaban ¡Autonomía! ¡Viva Santa Cruz! Y vitoreaban a los unionistas y barras bravas que desataron la violencia en la calles, agredieron a ciudadanos, campesinos, asaltaron sindicatos, robaron a transeúntes, saquearon y atacaron diversas instituciones públicas e intentaron tomar y doblegar el Plan 3000, populosa zona anti cívica en la ciudad, a fuerza de palos, cohetes y balas.
Tantas marchas de pañuelos blancos fueron parte de la puesta en escena de la trama: grotesca, que las "damas" lloren y griten que van a ser "violadas" por los indios y recen a Dios por ayuda, para que los "caballeros" respondan ciegamente para defenderlas de los "bárbaros". Sin embargo, a pesar de tanto culebrón inventado y coordinado por los ultras y las "damas religiosas", no se logró reunir la cantidad de gente deseada para ejecutar un ataque pacificador sobre los marchistas. Todo esto a pesar que la propaganda televisiva provocó en la gente desesperación. Los medios gritaron a todo pulmón "hay que defender a nuestras hijas". A esta campaña morbosa se sumó el famoso Carlos Valverde Bravo, el "Casimiro Olañeta" del micrófono, que anda diciendo que es intelectual objetivo y "de izquierda".
Diputadillo pistolero
Otro que apareció dirigiendo esta corriente fue el diputado Walter Arrázola, que abiertamente declaró en varios medios que había que armarse y convocó a hacer zanjas, y trincheras en las calles. Los medios lo entrevistaron cuando salía a comprar balas de una conocida armería del centro de la ciudad y dejó en claro que esas balas tenían escritas el nombre de algún campesino. Los medios hacen esta apología de la violencia sólo cuando se trata de "defender a Santa Cruz", pero en otras ocasiones se rasgan las vestiduras y se quejan diciendo "¡Arriba las manos esto es Santa Cruz!".
Probablemente la actitud de Arrazola fue lo que provocó que en las armerías se agotaran las municiones. La idea de armarse tiene loco a este mozalbete disfrazado de demócrata, ya conocido por violento, provocador y filofalangista en su época de universitario. En un debate por TV, polemizó con el periodista Daniel Castro, que pese a su filiación cívica no pudo dejar de escandalizarse ante las propuestas díscolas y desesperadas de Arrazola. Sin el menor pudor el diputadillo pistolero afirmó que había que mandar a los jóvenes a luchar pero "bien armados" mientras que él y los líderes valientes organizan todo desde la retaguardia. Él inspira a los ultras que le han tomado la idea y la están usando. Ellos están armados y con lo más moderno que han logrado y pueden encontrar en el floreciente mercado negro de armas que hay en Santa Cruz, en las fronteras con el Brasil y la Argentina; y en las propias armerías legalmente establecidas en la urbe cruceña. Por eso, cuando se retuercen de indignación ante unos campesinos medio armados, y que dan pena, no dejan de ser unos hipócritas escondidos detrás de "pañuelos blancos" y de los pastores evangelistas a su servicio, algunos ultras escondidos detrás de nombres como "la iglesia de la familia".
Sin embargo, con esta psicosis armamentista desatada y el grito de "se vienen los indios", lo único que lograron los ultras fue que cunda el pánico entre los "valientes cruceñazos". Se tiene el dato que a pesar de ofrecer hasta Bs. 200 no lograron reclutar lumpen que quiera hacerle frente a la marcha campesina. En la Prefectura se vivieron jornadas llenas de ajetreos intensos, un ir y venir de gente estresada. En esos días existió la instrucción de sacar copia a todo lo que tenían en las computadoras ante el peligro de la llegada de los "indios" hasta ese edificio.
Eso es lo paradójico en esta ciudad y en estos días. Los que se jactan de ser "hospitalarios" se preocupan de recibir con trincheras, barricadas y a balazos a la marcha, haciendo propaganda acerca del carácter salvaje y bárbaro de los grupos campesinos. Su hospitalidad es sólo para los ricos y la gente "bien" que llega a invertir en esta "hermosa tierra", sin importar si son narcos, especuladores, mafiosos o proxenetas.
Como corolario, el mito falangista de "la llegada de los ucureños" en 1957, fue usado otra vez para alarmar a la población. Pero no dicen la verdad, que en esa ocasión las fuerzas del MNR, su aliado actual, llegaron a Santa Cruz para saldar cuentas con los falangistas que preparaban un golpe de estado. Sobre ellos y las familias cercanas evidentemente se ensañó la represión, pero no sobre el pueblo cruceño, cuya buena parte recibió a los emenerristas con signos de aprobación. Los falangistas han interpretado a su regalado gusto y de forma subjetiva ese hecho histórico y lo siguen haciendo ahora, no sólo ellos sino también los "historiadores" oficiales de la institucionalidad cruceña.
El temor desatado por la marcha indígena también puede tener un componente atávico. Los españoles formaron Santa Cruz y se dieron sus "traslaciones" precisamente porque fue una ciudad de frontera, hecha para frenar a los nativos, principalmente guaraníes, que amenazaban constantemente el tránsito de mercancías y gente a Charcas y Potosí. Por eso ésta fue siempre una ciudad temerosa de los indios o "cambas" que fueron calificados por el propio René Moreno como enemigos de la ciudad hispánica.
El plan de alarmar e indignar para poder balear cuando se pueda
De forma criminal, se hizo propaganda por todo lado para propagar el terror ante la marcha campesina, incluso llegaron a ciertas empresas para tener reuniones con los empleados y hacerles recomendaciones elaboradas por los ultras como una especie de manual para que la gente cierre el camino a la marcha hasta con su vida. Dichas recomendaciones eran, primero, cerrarles las puertas, segundo, no hablarles y no darles nada, ni agua y, finalmente, como sí fuera inevitable y seguro que los campesinos invadieran las casas, proponían matar a cuantos se pudiera, para lo cual necesariamente había que armarse.
Hoy después de levantada la marcha campesina no cesan en denunciar supuestos complots de militarización y ataques contra la "media luna" y en especial contra Santa Cruz. El morboso Carlos Valverde no cesa de bajar documentos "secretos" nada menos que del Internet para sostener sus delirios de persecución. En síntesis, lo que buscan es mantener el terror y preparar el terreno de una nueva asonada contra un gobierno que no deja de perdonarles la vida, de entregarles en bandeja de plata las cabezas de los campesinos, de ser solidario y condescendiente con ellos porque en el fondo ambos son como hermanos de clase, aunque el MAS es el más cándido de los dos.
Las bases campesinas estaban dispuestas a llegar hasta Santa Cruz
Los dirigentes del MAS estuvieron casi a punto de perder el control de la marcha. Ni siquiera querían que llegue hasta Montero, si esto último llegó a pasar es porque las bases los sobrepasaron pues la indignación de la gente frente a lo sucedido en Pando motorizaba su lucha.
Cuando los campesinos llegaron a Buena Vista, antes de Portachuelo, se detuvieron por un día, en medio de un ambiente hostil y vigilados por los espías de los cívicos. Una fuente bien informada indicaba que los cívicos, armados, estaban dispuestos a balear "indios", pero que tenían instrucciones desde Santa Cruz de no provocar nada. Así que la marcha avanzó.
A la entrada de Montero, unos cuantos cívicos locos se dedicaron a hostigar a la marcha campesina pero no pudieron hacer más ante tanto gentío; otros, ubicados en la Plaza de esa localidad, pretendieron lo mismo, pero su locura no logró producir el ambiente apocalíptico que habían vaticinado con anhelo. Los marchistas fueron recibidos cuando se acercaron al Mercado popular de Montero, ubicado en lado Este de la avenida de circunvalación que rodea el centro de esa pequeña ciudad, centro donde vive una mayoritaria clase media miedosa y preñada de prejuicios racistas. En el mercado fueron agasajados por la gente con actitudes positivas, les acogieron, les dieron agua, comida, etc. Los campesinos se sintieron felices por la hospitalidad de los más humildes. La hostilidad de los sicóticos les valió un rábano. Luego de realizarse un cabildo se desmovilizaron sin ocultar un sentimiento de frustración.
El MAS usó y usa a esa gente para sus propósitos, sin importarle las víctimas que surjan. Fue una marcha improvisada por la furia donde el MAS impuso objetivos completamente ajenos y extraños a la histórica lucha campesina de recuperación de la tierras y de destrucción total del latifundio. El gobierno, que busca convertirse en el nuevo MNR, les fijó la tarea de defender una nueva constitución que en esencia sigue protegiendo el latifundio con unos cuantas hectáreas menos. Es necesario hacer notar que fueron innumerables los riesgos a los cuales se expuso a esta marcha de gente cansada y hambrienta, armada miserablemente con unas cuantas escopetas viejas de un sólo tiro, todo el tiempo sobre ella pendía el peligro de una nueva masacre esta vez impulsada por los cívicos cruceños.
Se prepara más terror para ser desatado sobre la población cruceña
Tras suspender la marcha campesina, que tanto pánico provocó en los cívicos, éstos prácticamente se han puesto más atrevidos y se proponen no dejar vivir a quienes califican de "traidores a Santa Cruz". "Que los collas no amen a Santa Cruz lo entendemos porque siempre nos han tenido envidia por no ser de esta tierra, pero que un cruceño traicione a su tierra es inadmisible y sépanlo bien que lo pagaran con su vida!!" dijo recientemente Mery La Torre a "El Mañanero" de la Red Uno, una octogenaria falango-banzerista que se jacta ante las cámaras de haber matado indios con un moderno rifle en sus años de universitaria, destacada figura entre los cívicos ultras, del mismo calibre de las Landau, las Demetri, los Chiqui Martínez y de Chichi Pérez el violento pistolero barrabrava de Oriente Petrolero.
Salvador Ric, ex ministro del gobierno del MAS, es nueva primera víctima de las amenazas de los ultras. La noche del viernes 3 de septiembre, en una cafetería de la avenida Monseñor Rivero, fue bestialmente agredido por ultras comandados por la propia Mery La Torre y falangistas desquiciados como ella, que salían de reunirse con los unionistas, con Chichi Pérez, los matones que usurpan la Federación Universitaria Local de la UAGRM y otros ultras que conforman el recién parido "Conalde Juvenil" un nuevo engendro con el cual tratan de manipular y falsificar la participación de la juventud en sus fechorías. Ric fue cobardemente atacado por varios mozalbetes cuyos físicos indican una obsesiva práctica en los gimnasios. Los medios, y en especial la Red Uno, cuyo camarógrafo fue el único en registrar las imágenes, afirman que fue un "enfrentamiento" como curiosamente califican de "enfrentamiento" a la masacre de campesinos en Pando. Mery la Torre y otras falangistas afirman que ellas fueron agredidas, que pasaban felices por ahí cuando fueron insultadas sin motivo por Ric. Sin embargo las imágenes dicen lo contrario, el exministro fue identificado, rodeado y agredido por varios sujetos, como un venado emboscado por lobos. Los presentadores de los noticieros, que tanto se esmeran en revelar que los videos sobre la matanza de Pando son falsos no se fijan que a pesar de asegurar que Ric las pateo en el suelo y les rompió los labios a puñetes, Mery la Torre y su camarada no tienen mayor rasguño ni inflamación facial.
La Unión Juvenil Cruceñista y demás ultras reaparecen más atrevidos, engrosados con lo más peligroso de las filas cívicas. Con sus nuevas acciones queda demostrado que ni siendo rico, como el ex ministro, o viviendo en una urbanización cerrada; puede ponerse uno a salvo de estas bandas que se preparan para un nuevo asalto, con furia redomada, gracias a que el gobierno del MAS les deja vivir, será para que lo sigan alimentando políticamente, en vez de aplastarlos policialmente como es debido. Precisamente estos son los efectos de la no llegada de la marcha y de la reapertura del "diálogo nacional".
Ahora gente cómo Ric, el millonario, conoce lo que vivieron en su momento los humildes, como aquellos que viven en el Plan 3000. Habrá que preguntarle a él y a sus amigos de la agrupación "Santa Cruz somos todos" si todavía siguen creyendo que es correcto dialogar con los fascistas y que la democracia lo puede todo. Habrá que preguntarles ahora, que Mery la Torre les ha demostrado que no está jugando y que junto al lumpen y los cívicos ultras se preparan para una nueva y sangrienta batalla ¿es o no es cierto que el fascismo sólo entiende el lenguaje del plomo?
Marcelino Villarreal
Quién carajo es el autor de ese artículo tan estúpido y mentiroso? Cömo mierda se atreve a decir que lo de los ucureños es un mito? Quién es ese colla de mierda para afirmar semejante estupidez de que los "cruceños recibieron amablemente a los emenerristas"?
ReplyDeleteLa puta que lo parió al mentiroso ese, carajo !!! Esto es el colmo de la sinvergüenzura.