Si tres cuartas partes de las refinerías del país estuvieran casi paralizadas, por huelgas o por bloqueos. Si la petrolera Total anunciase al Gobierno que se dispone a paralizar por completo sus seis refinerías, de las que depende más del 60% del abastecimiento del país. Si se tratase de un movimiento de protesta que tuviese el apoyo de dos de cada tres venezolanos.
Pero no, no sucede eso en Venezuela, a siete mil kilómetros de España, sino al lado, en Francia. Y sin embargo el día 14, la noticia de la huelga y movilizaciones en nuestro país vecino contra la reforma de las pensiones ocupaba el puesto 13 dentro de la sección de Internacional de El País.com, por detrás de noticias como “Saakashvili busca el apoyo del Cáucaso del norte frente a Rusia”. En su portada principal ni siquiera aparecía. Si íbamos a la sección de Europa, la noticia de la huelga, fechada dos días antes y con el récord de 166 comentarios, ocupaba el décimo lugar, por detrás de noticias como “La venta del Liverpool se enreda en los juzgados”. Sí, son odiosas las comparaciones.
Pascual Serrano
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